Me enamoré de la Filología Clásica

Como el Céfiro y sus monstruosos vientos, como la laguna del Leto, como Hades en los infiernos, como Medusa con sus trenzados cabellos, como todo el mal sufrido en la guerra de Troya, como la cólera de Aquiles, como Eneas y su pietas, como el amor entre Marte y Juno, como la desmesura de Tereo con Filomena, como la pasión que sentía Orfeo por Eurídice, como Dafnis, acorralado por una náyade, y finalmente, como todo el amor que siento por la Filología Clásica.

Hoy me adentro en el mar Egeo, a fin de descubrir cada uno de sus más remotos escondrijos. Grecia es mi hogar, cada vez que cierro los ojos y cada vez que descansa mi corazón. Entonces escucho un canto angelical y veo la luz entre millones de almas en pena. Me despierto; llevaba soñando toda una vida. Esta vez le pido a mi querido Zeus que me permita regresar aunque sea por última vez.


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