El último verso de Catulo

Como una página, los surcos
de tu frágil figura eran legibles.

Como una portada, encubrías
tus penas tras una sonrisa.

Como un libro, tardé
en llegar a comprenderte.

Como una hoja amarilla,
te arrugaste hasta que
te cubriste de polvo.

Como un verso,
nunca te olvidaré.

Viximus, mea Lesbia, atque amavimus


Descubre más desde Poetae Novi

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario